1. Principios Básicos de Psicoterapia Breve.
PSICOTERAPIA
Para que exista un proceso terapéutico se requiere:
• El contacto directo y personal entre el consultante y el consultado, llamado: Relación Terapéutica.
• Una calidad del proceso definido por unas condiciones en las que este se realiza, esta calidad puede tomar la forma de un “Contrato” explicito asumido por las dos partes o puede ser manejado de manera implícita a elección del terapeuta.
PSICOTERAPIA BREVE
La terapia breve es un modelo de intervención terapéutica para trabajar los desajustes del ser humano de la manera más breve y efectiva. El principal objetivo es transformar la tendencia que tenemos a quedarnos "bloqueados" ante algunas situaciones, consiguiendo beneficios en un breve espacio de tiempo. Nuestra mente es una gran caja de herramientas y la terapia breve va de forma directa a utilizar la más conveniente en cada caso. Es un cambio que se va produciendo de forma progresiva y directa, sin vuelta atrás a estados repetitivos y por tanto, neuróticos. La terapia breve produce de forma contundente un cambio a otro tipo de enfoque de nuestro pensamiento, más elástico, para darle otra visión a la historia. Es una terapia evolutiva, con la que sabes más de ti y de cómo interactuar contigo mismo y con los demás, accediendo a ti mismo de una forma libre y sin cadenas neuróticas. La terapia breve es flexible, dinámica. Ofrece todo un abanico de posibilidades y recursos existentes dentro de uno mismo. Esto convierte el proceso de la terapia breve en un esquema totalmente interactivo, donde las dos partes, psicoterapeuta y paciente, se complementan para producir cambios como una espiral ascendente. Donde uno no veía, empieza a ver, donde uno confundía, empieza a entender, donde había una montaña, aparece un grano de arena.
HERRAMIENTAS DE LA TERAPIA BREVE
Los modelos de T.B. se centran básicamente en trabajar los siguientes aspectos:
1. Rediseño de conductas disfuncionales a conductas funcionales.
2. Reinterpretación de la realidad propia y circundante.
3. Recomendaciones no directivas.
4. Planteamiento de objetivos de vida nuevos y frescos.
5. Favorecer el contacto y la identificación de las emociones.
Las técnicas utilizadas para lograr estos cambios desde un primer momento, tienen como base el contacto directo y empático, el cuestionamiento de la percepción anterior de la vida y el incentivo a buscar nuevos logros personales basados en los valores comunes. Entre las estrategias preferidas se encuentran:
• Sugestión.
• Sincronización empática.
• Dialogo asertivo con el uso de la mayéutica.
• Prescripción paradójica.
El uso de estas técnicas requiere un conocimiento y práctica previa de las mismas además de un ambiente adecuado para aplicarlas, el terapeuta debe sentirse seguro y con dominio de lo que hace, debe procurar ganarse la confianza y el respeto de quién acude a él o ella. Durante el resto del curso se irán detallando las formas de aplicación de estas técnicas dentro del marco del “Coaching Psicológico”.
La Psicoterapia consiste, de acuerdo a Leopold Bellak, M.D., básicamente, en un proceso de aprendizaje, desaprendizaje y reaprendizaje, basado en 1) una teoría de la personalidad conocida, 2) un conjunto de hipótesis relacionadas con el desarrollo de la psicopatología o problema de conducta, y 3) una serie interrelacionada de proposiciones relativas a una óptima reestructuración. Utilizando una teoría general de la psicología y de la psicopatología, aunado a las teorías de modificación de la conducta y el coach gerencial, el psycoach-terapeuta intenta ayudar al beneficiario(a)-paciente a reestructurar sus apercepciones pasadas, desde unas mal adaptativas a unas más adaptativas. Si tomamos el concepto de Bellak y lo adaptamos al PsyCoach entonces tenemos que el Coaching Psicológico básicamente es un proceso de aprender a desaprender para volver a aprender, basado en 1) una teoría de la conducta conocida, 2) una agenda de trabajo sobre lo que el intervenido desea cambiar o mejorar y, 3) una orientación guiada (coaching) hacia las modificaciones óptimas deseadas de la conducta.
Para los psicoanalistas, las proposiciones guías para tratar de entender una personalidad actual (contemporánea) y sus problemas de adaptación, están centrados en el intento por establecer una continuidad entre niñez y adultez, entre pensamiento vigil y de sueño, y entre la vida normal y la patológica. El intento completo para entender una personalidad y los problemas en su funcionamiento, está relacionado con el establecimiento de estos continuos, encontrando denominadores comunes en la adquisición de distorsiones aperceptivas, y ayudando al asesorado (a) o beneficiario (a) a tener mejores configuraciones.
Por ahora, todo esto suena básicamente simple, de hecho, es un proceso simple. Las complicaciones surgen a partir del hecho que las personas adultas, especialmente, han tenido años de acumulación de estas distorsiones aperceptivas. Estas distorsiones aperceptivas interactúan unas con otras de modo que pueden formar configuraciones que son un todo, una nueva configuración o paradigma de vida que necesita ser analizado, por ejemplo, descomponerlo en sus componentes previos. Es más, haciéndose a un lado de la complejidad básica de la personalidad, los estribos de la psicoterapia yacen en el hecho que mucho del aprendizaje patológico ha comenzado tempranamente, ha sido por lo general repetido, tiene tanto ganancias primarias como secundarias para el paciente, que puede ser reacio a darse por vencido. De los padres obtenemos muchos de los programas que luego se activarán, de forma adaptativa, en la vida adulta, todo de una manera inconsciente, sin tener idea de que nuestra conducta deriva, en su mayoría, de lo recibido o lo no recibido en nuestro crecimiento.
Incluso, el psicoanálisis y la psicoterapia son usualmente, por necesidad, procedimientos de larga duración que duran muchos años. Muchos de los cultos y terapias alternativas de rápida ayuda, tal como programas de autoayuda, asesorías espirituales, o una variada gama de grupos de encuentro, no apuntan a lograr cambios fundamentales. Muchos de ellos incluso pueden generar daños profundos a través de la vivencia de la persona que en su desesperación por mejorar una parte de su vida, se deja guiar por personas con poca o nula preparación en el área de la salud mental y la conducta humana. Estas “terapias” proveen, en el mejor de los casos, un alivio de corta duración. Es entendible, en todo caso, que por un largo período de tiempo la psicoterapia breve, en general, tenía una baja estima, especialmente por parte de psicoanalistas y otros terapeutas entrenados dinámicamente. Los teóricos la acusaban de reduccionista, y planteaban que quienes la ejercían daban un mero apoyo, o que proveía de pañitos de agua caliente como ayuda emocional. La psicoterapia breve, considerada desde la perspectiva psicoanalítica, en todo caso, tiene un mérito genuino. Puede, de hecho, brindar algunos cambios dinámicos y estructurales, por lo general, en unas pocas cinco a seis sesiones. Para hacer esto, debe ser conceptualizada de un modo extremadamente cuidadoso y todas las intervenciones deben ser cuidadosamente planificadas para obtener resultados óptimos. La idea es entender todo, si es posible, para luego hacer sólo un pequeño movimiento que hará una diferencia. Hay una historia muy antigua que demuestra este punto: El auto de un general se rompió y los mecánicos de la armada fueron llamados para arreglarlo. Cuando fueron incapaces de arreglar el auto, fueron por ayuda donde un artesano de un viejo pueblo. El artesano dio una mirada al auto, le hizo unos arreglos y luego lo afinó a punto. Inmediatamente, el auto comenzó a andar. El general preguntó, “¿Qué le debo?” El artesano replicó, “Cien dólares”. “Cien dólares por un arreglito”, dijo el general. “No”, replicó el artesano, “Un dólar por el arreglito, y noventa y nueve por saber dónde arreglar”. De este modo es como la psicoterapia breve actúa. Si a la psicoterapia breve le sumamos las técnicas de modificación conductual y el método de coaching, tendremos en nuestras manos una herramienta poderosa y muy eficaz: el psycoach.
2. Técnicas de Modificación del Comportamiento
La palabra “Psicología” (derivada = mente, y “logos” = tratado), comienza a usarse en el siglo XVI en los escritos de la Reforma, especialmente por Melanchton, intimo amigo de Lutero, en el sentido de meditación y reflexión del hombre en sí mismo. En 1755, el naturalista suizo ChBonnet publica su libro “Essai de Psichologie”, que prácticamente marca el comienzo del desarrollo y la concepción actual de esta disciplina. La Psicología humana la podemos definir como el estudio del hombre en la doble perspectiva de su comportamiento, de sus estados de conciencia, y trata de explicar el origen de estas funciones. Como podemos ver la psicología es una ciencia aún reciente y de continuo desarrollo. Son muchos los pasos dados y muchos los que hay que dar. El proceso de modificación de la conducta es parte de este continuo desarrollo. La escuela conductista marca pautas importantes en sus métodos de abordaje psicoterapéutico, en especial los logros obtenidos por la psicoterapia cognitiva-conductual de Ellis (TREC, por sus siglas en inglés de Terapia Racional, Emocional, Cognitiva) y Beck como representante del modelo clásico cognitivo-conductual (Pensamiento-conducta). Las técnicas de modificación de conductas son diversas y en el psycoach se aplican aquellas destinadas a hacernos conscientes de las conductas que no nos hacen bien o son dañinas, descubriendo el sistema de pensamientos que nos llevan a accionar nuestro comportamiento. Luego de ese “darnos cuenta” podemos establecer estrategias de reforzamiento, reprogramación o simplemente cambio del pensamiento, para así complementar el proceso dirigido al desarrollo de nuestras potencialidades. Todo pensamiento genera un sentimiento y todo sentimiento genera una emoción y toda emoción se expresa en la conducta. Hacernos conscientes de este sistema es vital para poder reprogramar nuestras respuestas ante los diferentes estímulos que recibimos en nuestra vida, tanto internos como externos en nuestro medio (familiar, laboral, etc).
Ahora bien, existen casos en los que el beneficiado presente algún tipo de trastorno de conducta o personalidad. Estos trastornos o psicopatologías son referidas de inmediato a un psiquiatra para poder abordar de forma adecuada el caso. Una vez que el psiquiatra informa que el paciente puede continuar con el PsyCoach entonces se retoman las sesiones. El PsyCoach no está diseñado para tratar patologías mentales o trastornos conductuales. Puede reconocerlas y referirlas pero nunca tratarlas. La psicopatología en su concepto es la rama de la ciencia que trata de la morbilidad y patología de la psique o mente. Es el conjunto ordenado de conocimientos relativos a las anormalidades (anomalías y desordenes) de la vida mental, en todos sus aspectos, inclusive sus causas y consecuencias, así como los métodos empleados con el correspondiente propósito. Es el psiquiatra, médico conductual o psicólogo el responsable de tratar la enfermedad mental, apoyado en un equipo de psicoterapeutas, médicos, trabajadores sociales, entre otros, que pueden apoyar al paciente en el proceso. El advenimiento de la psiquiatría científica se inicia con Pinel, a comienzos del siglo XIX, con la publicación de su obra “Tratado medico filosófico de la enajenación del alma o manía”. Las inquietudes despertadas por Pinel fueron recogidas por su discípulo Esquirol y así establecieron las bases para la investigación en otros países, fuera de Francia. La Psiquiatría podemos definirla como el estudio y tratamiento de las enfermedades mentales. Este concepto se ha hecho más completo gracias al aporte de diversos autores. Podríamos ampliar dicho concepto tomando el de Kolb que describe: “La Psiquiatría moderna es la rama de la medicina que se ocupa de las manifestaciones y los tratamientos de las anomalías en el funcionamiento de la personalidad, que afecta, ya sea la vida subjetiva del individuo, sus relaciones con los demás, así como para adaptarse a la vida en sociedad”. Los orígenes y las interacciones dinámicas de la personalidad, que intervienen en el desarrollo de la enfermedad mental, son así mismo objeto de estudio en la psiquiatría. Es muy difícil establecer, en psiquiatría, respecto a otras ramas de la medicina, el concepto de normalidad, es decir, establecer con exactitud la línea que divide lo “normal” de lo “patológico”. Dicha línea es tan delgada que sería fácil traspasar la frontera que divide los territorios mencionados. Asimismo, es difícil establecer objetiva y cuantitativamente el comportamiento y la comunicación patológica. En la Terapia de la Conducta el concepto de normalidad es más complejo, pasa por diversos filtros y aún así puede equivocarse. Lo que es normal para unos puede no ser normal para otros, por tanto depende mucho de la percepción. A continuación describiremos de forma breve lo que significa Terapia Conductual.
TERAPIA DE LA CONDUCTA.
Es la aplicación de los principios del aprendizaje en la superación de los hábitos no adaptativos. (J. Wolpe, 1973). Según F. Bianco (1976), es la aplicación de los principios derivados de las teorías del Aprendizaje, los cuales han sido establecidos experimentalmente y que permiten la adquisición, el mantenimiento, la modificación, la supresión o la extinción de hábitos no operativos. El terapeuta se convierte en un mediador entre la situación/estímulo y el sujeto a tratar, de modo que es él quien programa el ambiente para que, quien consulta, adquiera las habilidades deseadas. Esta forma particular de “enseñar a hacer” implica el manejo situacional. El terapeuta sería en palabras de Skinner (1968) “un programador de contingencias”. Ahora Bien, es importante referirnos al concepto de conducta tal y como se expresa en la Guía de Formación de Orientadores de Conducta del C.I.P.P.S.V. (1994), la cual menciona: “La conducta humana es objeto de estudio obligado para terapeutas, orientadores, educadores, (Coachs, incluido por mí) y todo profesional que trabaje con personas; dicha conducta puede ser innata o producto del aprendizaje, el cual está regido por principios experimentalmente establecidos o por establecer.” Según Moles, 1991, las conductas denominadas innatas o incondicionadas, se deben a la acción de los centros y vías que integran el sistema nervioso central, el cual es el principal responsable de las acciones sensoriales y motoras observadas durante los primeros meses de vida de un individuo. Como profesor de neuroanatomía he aprendido que la conducta se resume a un hecho neurofisiológico muy simple como lo es la excitación o inhibición de la neurona, para luego generar un resultado de acción en los músculos o glándulas del cuerpo humano. Es decir, la vida se resume a la sencilla polaridad de lo positivo y lo negativo. Se dice fácil pero el proceso en su conjunto es mucho más complejo, claro está. Moles, 1991, continúa explicando que las conductas aprendidas son aquellas donde la ejecución ocurre por decisión o no del sujeto, dependiendo de factores ambientales o no, por supuesto la acción es mucho más compleja; se involucra el sistema nervioso como un todo. “Una de las observaciones científicas hechas es aquella que demuestra la existencia de gran variedad de conductas aprendidas; se aprenden los prejuicios, las actitudes, las reacciones y los gustos”. (Ardila, 1982). Basados en lo anterior podemos claramente entender que gran parte de la carga de nuestra personalidad es “aprendida” bajo la influencia parental. Freud no se equivocó al plantear que la mayoría de los conflictos humanos vienen de la experiencia temprana del infante al interaccionar con sus padres y su medio ambiente. Muchas de las conductas que nos limitan al hecho de ser mejores (mejores esposos o esposas, mejores padres, mejores líderes o gerentes…) son conductas aprendidas en la primera parte de nuestra vida, la niñez. Los primeros ocho años del ser humano son fundamentales para programar su vida, sus creencias y el autoconcepto. Los siguientes 8 años, entrando en la adolescencia, son fundamentales para construir el marco referencial de los conceptos básicos que nos harán convivir en sociedad (autoestima, responsabilidad, vergüenza, tolerancia, civismo, entre muchas otras). La presencia de un padre o madre disfuncional o la ausencia de estos generan múltiples conflictos en el infante con los cuales crecerá y conformará su paradigma de vida, sus creencias existenciales, la forma cómo ve la vida. Claro que la forma en que lo muestro es tan simple que casi raya en lo tautológico, sin embargo, para entender el por qué de muchos de nuestros desaciertos, hay que entender que en nuestro origen de la vida se encuentran muchas respuestas. Por esto es que el PsyCoach propone el estudio de la conducta, la modificación conductual y el repaso de nuestra vida como parte del proceso de “cochear” u orientar al o la beneficiado (a). Es fundamental conocer nuestro pasado para entender nuestro presente y así poder planificar un futuro mejor. Algunos de los conceptos que usaremos en el proceso del PsyCoach son los siguientes:
APRENDIZAJE. “Proceso por medio del cual se origina o se cambia una actividad mediante la reacción a una situación dada, siempre que las características del cambio en curso, no puedan ser explicadas por el uso de las tendencias innatas, o por procesos de maduración o por campos temporales en el organismo”. (Hildgard, 1975.)
“Cambio relativamente permanente del comportamiento que ocurre como resultado de la práctica”. (Ardila, 1982.)
ESTIMULO. “Cambio de energía en el ambiente físico que actúa sobre el organismo y desencadena una respuesta”. (Ardila, 1982.)
“Cualquier cambio en el ambiente interno o externo de un organismo que provoca una modificación en su actividad. (Bianco, 1991b.)
SITUACIÓN. “Acción y efecto de situar. Estado de las cosas y personas. Que ha sido ubicado. Ubicación con respecto al medio interno o externo, de un cierto número de actos o de puntos de referencia”. (Bianco, 1991b.)
SITUACIÓN / ESTIMULO. “Acción de situar cualquier cambio en el ambiente interno o externo de un organismo, con el fin de incitar la ejecución de una actividad”. (Bianco, 1991b.)
RESPUESTA. “Contracción muscular o una secreción glandular que puede conectarse en forma funcional con un estimulo antecedente”. (Ardila, 1982.)
“Cualquier actividad accesible a la observación (contracción muscular, secreción glandular, etc.) y al control, efecto de una estimulación”. (Bianco, 1991b.)
CONDUCTA. “Respuesta emitida ante una situación / estimulo umbral. Esa respuesta puede ser incondicionada (innata) o condicionada (aprendida)”. (Bianco, 1991b.)
UMBRAL. “Intensidad mínima que requiere una situación / estimulo para ser percibida por un receptor”. (Bianco, 1991b.)
VARIANTE FISIOLÓGICA. “Condición necesaria del organismo que le permite funcionar”. (Bianco, 19991b.)
CONDUCTA FISIOLÓGICA. “Respuesta en la cual los procesos fisiológicos del organismo se encuentran preservados. Se caracteriza porque se basa en la condición variante de la fisiología. Médicamente hablando es una conducta sana, pudiendo ser operativa o no”. (Bianco, 1991a.)
CONDUCTA PATOLÓGICA. “Respuesta en la cual los procesos fisiológicos están alterados (trastornados o interrumpidos.) Ello indica que está suspendida la condición variante de la fisiología (solo se presentan respuestas especificas ante situaciones / estimulo determinadas) Médicamente hablando es una conducta enferma, pudiendo ser operativa o no”. (Bianco, 1991a.)
“Podemos utilizar el criterio de desorden en el funcionamiento para establecer la presencia de una enfermedad”. (Bianco en Falsees, 1993.)
OPERATIVO. “Habito operativo, es el conjunto de conductas que contribuyen al mantenimiento del equilibrio bio-psico-social del individuo”. (Moles, 1991.)
“Se considera que la mayoría de las conductas desadaptadas (no operativas) son en gran parte adquiridas mediante el aprendizaje, pero, está demostrado que diferentes alteraciones biológicas ya sean infecciosas, traumáticas o sistemáticas, influyen en la conducta manifiesta”. (Moles, 1991.)
HABITO. “Manera constante de responder ante situaciones / estímulos determinadas y especificas”. (Moles, 1991.)
CONDUCTA SOCIALMENTE ACEPTADA. “Respuesta emitida por el organismo ante la cual el entorno se muestra “satisfecho” y es aceptada por encontrarse dentro de los límites fijados por la norma sociocultural” (Bianco, 1991a.)
CONDUCTA SOCIALMENTE RECHAZADA. “Respuesta emitida por el organismo ante la cual el entorno se manifiesta “insatisfecho” y no es aceptada por no encontrarse dentro de los límites fijados por la norma sociocultural”. (Bianco, 1991a.)
ASERTIVIDAD. “Conducta aprendida que permite expresar lo que se siente y /o piensa ante una situación / estimulo relación interpersonal, inhibiendo la respuesta de ansiedad o la respuesta agresiva”. (C.I.P.P.S.V., 1991.)
ACTITUD. Es el agrado o desagrado hacia una persona, objeto o hecho especifico que se presenta como situación / estimulo, lo cual es consecuencia de un proceso de aprendizaje que involucra aspectos cognitivos y afectivos. (Rada, Arias, 1991.)
“Tendencia arraigada, adquirida o aprendida para reaccionar en pro o en contra de algo o de alguien. Se evidencia en forma de conducta de aproximación o alejamiento, y el objeto de la reacción adquiere por consecuencia un valor positivo o negativo, respectivamente, desde el punto de vista del sujeto”. (Fairdchild, 1968.) “Postura del cuerpo humano. Disposición de ánimo”. (Diccionario Práctico Larousse.)
Las actitudes son sistemas positivos o negativos más o menos duraderos que implican expectativas conductuales relacionadas con los diferentes aspectos de la vida de los individuos. Las actitudes poseen tres componentes básicos interdependientes:
- El cognoscitivo (creencias y conceptos.)
- El afectivo (sentimientos y emociones.)
- El conductual (reactivo o de acción motora.)
La actitud de una persona hacia otra persona, objeto, evento, institución o conducta, corresponde a la evaluación -positiva o negativa- de esa persona, objeto, evento, institución o ejecución de dicha conducta. Visto así, la actitud vendría a ser determinada por las informaciones, las creencias, conceptos y valores que se poseen acerca de algo.
Existen tres factores de gran importancia en la formación y mantenimiento de actitudes en un individuo:
- Su personalidad.
- La información que recibe;
- Las creencias y aptitudes de los grupos primarios de los cuales forma parte (socialización.)
Una actitud es un estado de disposición adquirida y organizada a través de la propia experiencia, la cual incita al individuo a reaccionar de una manera característica frente a determinadas personas, objetos o situaciones.
Operativamente podemos decir que luego de recibir una información “x” elaboramos un concepto y /o creencia, dependiendo del entorno que rodee el momento de recepción, se conjugara un afecto en dicha elaboración, constituyéndose así un valor, el cual condicionara la formación de la actitud, esta se hará observable por la influencia que posee en la emisión de determinada conducta o grupo de conductas.

Factores como la edad del individuo, el sexo, el estado civil, él número de hijos, la religión, el nivel de instrucción, la fuente de ingreso, el alojamiento, el estilo de vida, etc. generalmente hacen variar las actitudes. La constante acción de la información proveniente del entorno sobre la base fisiológica del individuo, conformara un sistema cognitivo- afectivo creando conceptos, errados o no, los cuales determinaran nuestras conductas posteriores.
El manejo del concepto de actitud es de suma importancia en el proceso del coaching, ya que la actitud adecuada produce resultados positivos. Por lo general es muy fácil reconocer a una persona con la actitud “incorrecta”. Lo vemos por su expresión facial, su forma de hablar y la incomodidad que produce en los demás cuando está presente en la habitación u oficina. Una película deportiva menciona en su guión que la “actitud es el aroma del corazón”. Así presentan la idea de que existen personas cuya actitud “apesta”. Cuando estamos prestos, abiertos de corazón, receptivos a los demás y nos comunicamos asertivamente, entonces somos percibidos con la actitud correcta. Actualmente se habla de actitud para el trabajo o para la vida, posturas incluso evaluadas en entrevistas de trabajo o líderes de una empresa. Tener la actitud correcta, ser asertivos en nuestra manera de comunicarnos y amar lo que hacemos es una tríada imbatible para lograr la motivación adecuada en equipos de trabajo orientados al éxito. Un gran amigo y psicólogo me explicaba lo que el conocido “Papá Jaime” descubrió al compartir con las 50 líderes más importantes del mundo (entre ellos él). Este carismático colombiano conversó con estos líderes mundiales y les preguntó qué los hacía líderes, entre muchas otras cosa que logró indagar. Lo curioso, como me cuenta mi amigo, es que encontró tres características comunes a todos los líderes. Les recuerdo que estamos hablando de los 50 líderes más importantes e influyentes del mundo actual. Las tres cosas que encontró común a todos fueron las siguientes: tenían pasión por lo que hacen, amaban los que hacían y tenían o tienen una fe inquebrantable de que pueden lograr grandes cosas. Luego de escuchar esto entendí que la actitud correcta para lograr un liderazgo eficaz se componía de esta simple pero poderosa tríada: pasión, amor y fe.
Dentro de nuestro entrenamiento de psycoach buscamos desarrollar estas actitudes, todas directamente relacionadas con lo humano, lo afectivo, lo conductual del beneficiado o beneficiada.
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